lunes, noviembre 09, 2009

Marianico el cortito

Muy buenas a todos:

Ya cantó la gallina. Como diría el clásico ya sabemos de qué va Rajoy. Después de sucesivos amagos, fintas y dobleces, Rajoy representa la peor versión del centrismo acomplejado que en España pueda verse. Sin principios, con la gestión económica como único enganche ideológico, Rajoy ha dado un pésimo espectáculo la semana pasada, con su famoso "puñetazo" en la mesa.

La guerra de guerrillas que paso a abierta entre Gallardón y Aguirre, obligó al gallego a pronunciarse... a favor de Gallardón. Es comprensible, incluso deseable, que los partidos políticos no sean formaciones graníticas (modelo soviético) y que aun bajo la alfombra o en reducidos cenáculos, exista siempre cierta "oposición interna".

En el PRISOE, y salvo en el periodo del zapaterismo, la existencia de familias ha sido una constante. En el PSC, en la FSM, en Valencia, etc... En todas partes había sus cuadrillas, sus familias y sus clanes que han ido dando forma al partido.

También en el PP, incluso en tiempos del Gran Cesar Aznar, existían facciones que luchaban soterradamente por espacios y parcelas de poder. Quizás no tanto como familias sino con iguales orígenes ideológicos en busca de un trozo de presupuesto e influencia que llevarse al bolsillo.

Democristianos, liberales, conservadores y sus sucesivas combinaciones hacían que la vida interior del partido, puertas adentro fuera mucho más movida de lo que la gente le gustaría.

Sin embargo, el cada vez más decrépito liderazgo de Rajoy, socavado por su ausencia de referentes ideológicos, por el fuego "amigo" de determinados medios, y su pasividad ante determinados desmanes del partido han provocado la penúltima derrota del gallego de Tuy. Porque no nos engañemos, la guerra entre Gallardón y Aguirre, en su ultimo escenario (CajaMadrid) ha sido una completa derrota de Rajoy. Y me explico.

Gallardón, a sabiendas que su gestión municipal es nefasta, está desesperado en busca de un nuevo puesto desde donde poder dar el salto a la dirección nacional del PP. La rajada de Cobo ha sido el anzuelo que ha utilizado esta vez con tres fines:

- tratar de provocar a Esperanza Aguirre apartándola de la carrera sucesoria;
- atraerse del favor de Rajoy para obtener el ansiado puesto "a la derecha del padre" Rajoy;
- librarse de las posibles responsabilidades por la candidatura de Madrid 2016.

Frente a esto, la reacción de Aguirre, pese a la grosera provocación ha sido la correcta. No mover ni un músculo más de los necesarios. El patio pepero está agitado y cualquier salida en falso puede costar cara. Y casi ha sido así porque la idea de una gestora se ha planteado en la alta dirección de Génova.

Y frente esto, ¿qué ha hecho Rajoy? Pensando que puede controlar a un amortizado Gallardón, ha utilizado el anzuelo del alcalde para arrearle a Esperanza Aguirre. ¿Cómo? Autorizando de facto las declaraciones del muñequito del alcalde al colocar como candidato de consenso a Rato y no sancionando al vicealcalde.

Craso error. Y como siempre digo, por partes:

- rehabilita a Rato como posible sucesor a Rajoy. De momento el fuego amigo mediático (aka "El Mundo" y FJL en sus diversas versiones) ya han empezado a arrear a Rajoy;

- Aguirre ha conseguido que el PP de Madrid se una a su alrededor como una piña. Colocar una gestora, como brama el ex-ministro franquista, presidente del PP puede ser una catástrofe en forma de escisión;

- Gallardón ha gastado su último cartucho en su asalto a la dirección del PP. Si Rajoy sobrevive, desde luego no es persona digna de confianza. Y Rato y Aguirre ya saben como se las gasta el alcalde madrileño.

Como conclusión podemos decir que antes de la crisis tenía a una aspirante a sucederle y a un conspirador. Cuando la cuestión de CajaMadrid acabe, tendrá a dos candidatos y a un conspirador.

¿Ha ganado o ha perdido Rajoy?


Un saludo a todos


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