lunes, octubre 05, 2009

Satisfechos de haberse conocido en fin de semana

Muy buenas a todos:

El problema del centro-derecha español tiene un nombre. Conocido por todos pero apenas comentado fuera de los cenáculos políticos y en el periodismo bien informado. El nombre es Pedro Arriola.

Cerebro gris de la cosa demoscópica, es uno de los sujetos, sino el principal valedor de la famosa teoría de la lluvia fina. Es decir, un descafeinado de los criterios ideológicos del PP (cualesquiera que estos sean) y fiarlo todo a la gestión económica. Renuncia a los principios a cambio de que sea el ambiente o las circunstancias ajenas a la acción política las que muevan efectivamente al electorado.

Y esa teoría, que se demostró ruinosa en el pasado, parece ser el catecismo de nuestro lider bulgaro, Marianov Rajoy. He de decir que frente una oposición a cara de perro, con un acoso continuo y constante a Rodríguez I el Traidor, tenes una oposición de patio de colegio. Como se ha leído por ahí, con posiblemente 5 millones de parados a final de año, el PP tendría que salirse en las encuestas. ¿Por qué no ocurre eso?

Muy sencillo. Sin perjuicio de la tundra mediática que vivimos, yo no veo ni mordiente ni el menor atisbo de mala baba por parte de los dirigentes actuales del PP. Y eso en política es F-U-N-D-A-M-E-N-T-A-L, por más que el arriolismo venda la moto de que una subida de presión política por parte del PP supondría una movilización del electorado socialista. Error. Es momento de pisar el acelerador en la crítica porque el actual gobierno es una colección de marionetas y tancredos que no aguantan a un interlocutor mínimamente preparado.

Y en estas llegaron las encuestas de este fin de semana.

La de "El País" coloca al PP por encima del PSOE. Y también "La Vanguardia". En esas, seguro que se estará fumando un puro Rajoy pensando lo bien que lo está haciendo. Pero, ¿alguien de verdad que desde esos medios se va a favorecer al PP? ¿O son encuestas enmarcadas en sus propias guerras mediáticas? En cualquier caso, la situación empieza a ser insostenible y lo que algunos pueden catalogar de precaución, para otros es falta de instinto político. Y se sabe que quien en un partido no remata al adversario... acaba perdiendo el partido.

Y en esas llegó Gallardón. Porque no debemos de negar que la desaparición del trampolín mediático que a Gallardón le suponían las olimpiadas, le supone a Rajoy la posibilidad de liquidarlo para reafirmar su liderazgo en la bancada pepera. Si Rajoy quiere conservar a Madrid como primer nucleo de resistenica, va a necesitar un cambio de caras y de políticas. Y eso Gallardón no lo puede hacer. El severo recorte de gasto que necesita el ayuntamiento de Madrid no puede ejecutarlo quien lo generó.

Al final, el gallego va a tener suerte después de todo. Aunque fiarlo todo a la crisis económica me parece una apuesta demasiado arriesgada. Esperaremos acontecimientos.


Un saludo a todos


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