miércoles, septiembre 30, 2009

Consecuencias lógicas de la partitocracia

Muy buenas a todos.

La foto de arriba en términos marineros se la denomina vía de agua. Si tu barco tienen muchas y pequeñas, o una y grande (como es este caso) siendo el capitán del barco, tiene un problema. Y Rajoy tiene un graaaaaaaaaan problema.

Y muchos os preguntareís por qué es un problema. Sencillo y simple. Con la campaña en los medios que el PRISOE y sus allegados hacen, las aspiraciones de un cerco y acoso constante a Rodríguez I el Traidor se esfuman. Cada filtración de la Factoría RuGALcaba será debidamente amplificada y magnificada y todo el trabajo de señalar a la crisis como el eje central de la política de oposición se irá al garete e irá de cabeza a la corrupción (sea verdad o mentira) del PP.

En condiciones normales y en un estado verdaderamente democrático, Camps a sabiendas del daño que le está causando a su partido, habría dimitido y se habría elegido a un sucesor. O incluso habría convocado elecciones. Nos apartamos, dejamos de ser baza mediática para el PRISOE y a otra cosa. Cuando se demuestre mi inocencia, dentro de un año o dos, vuelvo a la política (quizás a nivel nacional) y puedo acusar a mis acusadores de mentirosos y peores cosas.

Sin embargo, el control del aparato obtenido por Camps le permite, enrocarse dentro del PPCV, y de una manera fina y educada, mandar a freir espárragos a Rajoy, Cospedal, o el proyecto de pilingui de Sorayita. Y todo por la sencilla razón que el control que le supone a este pequeño reyezuelo autonómico de su porción de presupuesto, con sus prebendas y sus subvenciones, le permite apartarse de lo que sería una decisión razonable.

Si de verdad los partidos fueran democráticos en cuanto a su funcionamiento interno, el propio PPCV ya habría cuando menos retirado temporalmente a Camps. Pero claro, eso es mucho suponer. Y si los principales interesados, es decir, el PPCV no lo quita, ni que decir tiene que el PP (Génova) no puede hacerlo, a sabiendas de que surgiera el escalofriante término que ningún partido quiere oir: escisión.

Teniendo en cuenta que ahora mismo Valencia es uno de esos feudos del PP que le sirven para mantener a muchos de los suyos, cualquier cosa que pudiera importunar a Camps será adecuadamente olvidada/omitida/ignorada, sin perjuicio de que ya haya habido las consiguientes llamadas telefónicas pidiendo ceses y dimisiones.

Entonces volvemos al principio de esta entrada del blog: Rajoy tiene una gran vía de agua. Veremos como la soluciona... porque esta vía puede hundir el barco.


Un saludo a todos


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