lunes, enero 01, 2007

Rajoy y el Rubicón


Hay momentos en la vida de un político, en los que tiene que decidirse, en tomar esa decisión que marca un antes y un después en toda trayectoria vital. En los que tiene que jugarse su vida "política" a esa mano de poker donde sólo los valientes y los intrépidos triunfan frente a los cobardes y los pusilánimes.

Nuestro mal llamado presidente de Gobierno, Rodriguez I el Traidor, se lanzaba a la piscina de su propia autocomplacencia llenándosele la boca de las manoseadas palabras de costumbre. Paz, proceso de paz y todos los mostosos sinónimos que tratan de encubrir una rendición de nuestra Nación. La banda terorista ETA cesa en sus delitos a cambio de conceder todas sus delirantes pretensiones: Navarra y derecho de autodeterminación. Así de sencillo.

En menos de 24 horas, ETA suministra una dosis de muerte y destrucción. Dos personas fallecen en un atentado terrorista que ha usado, según últimas investigaciones, más de 500 kilos de explosivos. Son los "accidentes mortales" de nuestro bobo solemne.

Reacciones, las de costumbre. AVT y los distintos dirigentes del PP, en la línea de siempre. Nacionalistas, socialistas y demás piara de encubridores y cómplices lamentando la muerte de esos dos ecuatorianos pero lanzándose como posesos a defender el "proceso de paz".

Hasta aquí hemos llegado. Rajoy puede seguir haciendo oposición gallardonita. Puede seguir vendiendo su mercancía de centro acomplejada y sus llamadas a la responsabilidad para el partido del gobierno, ese mismo que mantiene al mando al más incapaz de los políticos que España haya sufrido.

Los rumores de elecciones generales son ya incesantes. La única duda es saber si coincidiran con las autonómicas y locales. Es hora ya de mancharse las manos y empezar a pelear. Es hora de empezar a golpear. Y el primer golpe es la moción de censura.

Los ciudadanos están hartos de que todo sean discursos graves y palabras sentidas al final de las manifestaciones en contra del gobierno. Es hora de poner colorado al imbécil que nos gobierna. Y no hay forma de llamar la atención de los medios que una moción de censura. Los telediarios no pondrán la información política en la cuarta noticia con la intervención de uno y de otro resumidas en 30 segundos. Aparecerá en primera plana de todos los diarios, en los boletines de radio, en los digitales. Es hora de que se escuche lo que tiene que decir.

Que va a perder la moción de censura es evidente. Pero no habrá mejor momento para poder mirar a la cara de los diputados, sobre todo los socialistas, y poder decirles: vosotros teneís tan manchadas las manos como al idiota que os dirige al precipicio, y con él, a toda la Nación.

Julio César necesitó cruzar el Rubicón para poder alcanzar el poder. Rajoy tendrá que mojarse esta vez los pies si quiere llegar a la Moncloa.


Mortgage