jueves, mayo 04, 2006

Muñecas flamencas, toros y memoria histórica.

Ayer, cuando lo escuché al mediodía, pensé que era una broma de esas radiofónicas de mal gusto que cabalgan entre lo ridículo y lo grotesco. Hoy al amanecer, he podido comprobar que de broma no tiene nada, pero no por ello, la noticia no deja de cabalgar entre lo ridículo y grotesco, e incluso en lo anticonstitucional.
Y leo, textual: El consejero de Comercio, Turismo y Consumo de la Generalidad catalana, Josep Huguet, quiere erradicar los símbolos y objetos que relacionen Cataluña con España de las tiendas de las Ramblas de Barcelona. Según informa la Cadena COPE, lo que se quiere eliminar de los comercios son aquellos artículos que no son estrictamente catalanes, como las muñecas vestidas de flamenca o los toros, para poder así "impulsar la artesanía catalana".
Para empezar, si están hechos en Cataluña ya serán artesanía catalana.
Si yo fuera Peret, ahora mismo le cantaba aquello de "Boooooooooorriquito como tú". Pero sigo leyendo: La intención de Huguet es sancionar a los comerciantes que no retiren los artículos que no tengan relación con Cataluña de la zona de las Ramblas de Barcelona así como de la Sagrada Familia.
Ayyyyy, otro que se olvida de la Constitución "Artículo 38. Se reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado".
El flamenco no llegó ayer a Cataluña. El flamenco, le guste o no, forma parte de la entidad histórica de Cataluña.
Leo, y así os lo cuento, que a finales del siglo XVIII, Barcelona adquiere importancia en el comercio con América en sustitución de Cádiz y Sevilla, convirtiéndose estas ciudades, en lugares de "paso" hacia América. Las relaciones comerciales y humanas entre Cataluña y Andalucía se incrementaron, propiciando la llegada del flamenco a Cataluña. Como vemos, la llegada del flamenco no data de los movimientos migratorios de los años sesenta, como equivocadamente piensan muchos. "tururú"
El desarrollo posterior se vio influenciado por dos hechos: por el gusto de los artistas de la época, Isaac Albéniz, Enric Granados...(y así quedó reflejado en sus obras) por el vigor de la cultura andaluza, y por otro lado, por el crecimiento de Barcelona de la mano de la industrialización. La industrialización, y el movimiento social que se produce del campo a la ciudad, lleva al pueblo a la pérdida de su "identidad festiva popular", y al rechazo de las nuevas formas "festivas urbanas" como la Zarzuela. Es, en esta situación en la que el flamenco y los toros -en Barcelona llegaron a coexistir tres plazas de toros-, se desarrollan, pues están más próximos a la identidad festiva perdida por trabajadores y clases populares. El flamenco permitía al pueblo transmitir sus penas, alegrías, amores... "que no sabes ni la u".
Leo también, que esta idea, de Huguet, no es nueva. Ya a mediados del Siglo XIX, "los suyos", y los empresarios atacaban al flamenco por considerar que no formaba parte de la tradición catalana, y todo con la idea de convencer al trabajador que esa era la manera de igualarse al empresario. Y mientras el empresario de la época rechazaba el flamenco por el temor a que en torno a él se creara una conciencia de clase. A pesar de estos ataques en la primera inauguración del Liceo el 4 de abril de 1847 se bailó por fandangos y malagueñas. "yo se más que tú".
Feliz año de la memoria histórica, también para usted.

Páginas consultadas:
- Alboreá, revista electrónica de flamenco:


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