domingo, diciembre 18, 2022

El fantasma de García-Pelayo

Muy buenas a todos:

Con motivo de la desaforada y vergonzante reacción de la izquierda y los nazionalistas al Tribunal Constitucional, mi mente se ha transportado al año 1983 y a un nombre: Manuel García-Pelayo Alonso (1909-1991).

Constitucionalista de los de verdad, con manuales y trabajos como para parar un tren, fué invitado por S.M. el Rey para presidir el primer Tribunal Constitucional en España. Jurista de reconocidísima competencia bajo su presidencia se dictaron algunas de las sentencias más relevantes en relación a nuestra Constitución y a su interpretación.

Sin embargo, este nombre aparece indisolublemente asociado a la sentencia 111/1983, de 2 de diciembre, que con su voto de calidad, deshizo el empate y consideró plenamente constitucional la expropiación de RUMASA.

Nos podemos imaginar las brutales y nada disimuladas presiones políticas que desde la Moncloa y el Congreso debió de sufrir a manos de un PSOE con 202 escaños y con la más grande mayoría absoluta que ningún otro partido haya tenido jamás en nuestra democracia. 

Al final, ese buen hombre cedió y ha sido el único presidente del Tribunal Constitucional que no completó su mandato (dimitió en 1986), quizás por la vergüenza o por los remordimientos de haber dado carta de naturaleza al primer atropello que los socialistas perpetraron en nuestra democracia. Volvió a Venezuela y 5 años más tarde falleció.

Soy muy partidario de la frase de Marx que dice lo siguiente: "La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa". Porque no es otra cosa la retahila de comentarios, amenazas nada veladas, injurias y demas improperios que tratan de influenciar esta vez a Pedro González-Trevijano Sánchez, actual presidente del Tribunal Constitucional.

Sin embargo, mientras que allá por el año 1983 teníamos a un gobierno con 202 escaños, ahora tenemos a apenas 120 diputados aliados con filoetarras, nazionalistas y comunistas de medio pelo. 

Desconozco como acabará esto pero desgraciadamente el comportamiento de de la izquierda está más cerca de 1936 que no de 2022, y desde luego lo último que tiene que hacerse, llegado este punto, es ceder un milímetro a sus pretensiones, que sin lugar a dudas, son golpismo socialista.


Un cordial saludo


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