Golpe a la Nación: diagnóstico y posibles soluciones.

Muy buenas a todos:

La modificación del sistema para designar los magistrados del TC propuesta por el gobierno de Pedro Sánchez supone eliminar el último freno que tiene para poder ocupar el tribunal garante de la Constitución. 

No es que en España no haya división de poderes (que no hay) sino que el último reducto que podría frenar esa metástasis que supone el sanchismo, saltaría por los aires. Para los que no lo sepan, la maniobra es sencilla:

- elimina la necesidad de que sean las cámaras necesiten votaciones de 3/5 para elegir a los miembros del CGPJ,

- elimina la necesidad de que los candidatos del gobierno sean designados simultáneamente con los del CGPJ,

- elimina el control de idoneidad que el propio TC tenía para verificar a sus nuevos miembros.

Eso le permite nombrar separadamente a los dos candidatos para el TC y modificar la estructura de manera que sea Conde Pumpido el que presumiblemente sea designado presidente del TC. Y ya sabemos de la independencia y neutralidad de ese personaje. Hasta aquí, la fría realidad. 

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¿Cómo se ha llegado hasta aquí? Varias son las causas, de igual modo hay varias condiciones a tener en cuenta. 

La primera y principal de ellas es el escaso carácter democrático de la izquierda española, y más concretamente del PSOE. Este partido, inexistente en la lucha antifranquista, fue producto de la necesidad de frenar al PCE y dar una salida a los votantes de izquierda que existían en España en los últimos estertores del franquismo. El Departamento de Estado norteamericano y el SPD alemán vieron la necesidad de inflar a cualquier grupo de amigotes que existiera entre el PCE y la extinta UCD. 

La primera condición de este golpe de estado es el propio texto constitucional. El mismo está pensado para que el sacrosanto consenso sea el eje de toda la acción política. Sin embargo, cuando el ejecutivo tiene mayoría absoluta (o 3/5 partes del Congreso de los Diputados) el papel del poder legislativo es nulo y sólamente es el poder judicial el que podría frenar los desmanes y abusos del poder ejecutivo. Y aún no siendo parte estricta del mismo, el Tribunal Constitucional se presenta como último freno a los abusos del gobierno. 

Si a eso le añadimos una ley electoral que sobredimensiona a los nazionalistas/independentistas, y que obliga a los dos partidos mayoritarios a recurrir a ellos cuando no tienen mayoría absoluta, ya tenemos la bomba preparada.

La segunda causa de esta situación es la total falta de escrúpulos de Pedro Sánchez a la hora de acceder y conservar el poder. Le ha importado una mierda mentir sobre sus apoyos para acceder al poder. ¿Era necesario pactar el gobierno con la ultraizquierda? Pues se pacta y se le dan tres ministerios de m... para tenerles contentos. ¿Que para que me aprueben los presupuestos tengo que bajarme los pantalones con los independentistas y los etarras? Sin problema. Hasta dentro de 4 años no tengo que responder de ello y quien sí sufrirá mis fechorías serán los dirigentes autonómicos de mi partido. ¿Me afecta a mi situación en Moncloa? NO. Pues que les vayan dando a ellos y a la estructura territorial del PSOE.

La segunda condición es la cobardía endémica del centro derecha. El arriolismo como doctrina política que supone no dar la batalla ideológica y convertirse en un mero gestor económico. Y cuando se obtiene el poder, no tocar nada, no vaya a ser que nos acusen de fachas, ultraderechistas o asesinos de niños. 

Entre la cobardía de algunos (Aznar, Rajoy, Casado y Feijóo), el carácter autoritario de otros (González, Zapatero y Sánchez) y un texto constitucional MANIFIESTAMENTE mejorable hemos llegado a esta situación.

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Complicadas las posibles soluciones. Porque todas ellas nos colocan en situaciones legales ni previstas o de muy difícil encaje legal. 

Lo primero que hay que decir es que S.M. el Rey NO PUEDE HACER NADA. He leído por activa y por pasiva que el Rey debe de hacer algo y adoptar o realizar algún tipo de gesto que suponga una advertencia a Pedro Sánchez. Evidentemente no nos encontramos ante el Alfonso XIII que vió con buenos ojos la dictadura de Primo de Rivera, pero si S.M. el Rey hace o dice algo que suponga un posicionamiento político evidente frente al gobierno Frankenstein, podría ser utilizado para cualquier tipo de maniobra contra el jefe del Estado. 

¿Moción de censura? Condenada al fracaso en lo numérico pero muy relevante a efectos mediáticos ya que supone colocar al PSOE frente al espejo de sus apoyos. ¿Eso supondría que alguno de los 120 diputados se saltara la disciplina de voto? No lo creo, pero eso sería un fardo más en las espaldas de los dirigentes autonómicos del PSOE tanto para las elecciones de mayo de 2023 como para el propio Sanchez para las hipotéticas generales de finales del 2023. 

¿Recurso de inconstitucionalidad resuelto de manera express por parte del propio TC? Quizás sería esa la fórmula más adecuada pero si los vocales progresistas siguen las instrucciones de Sánchez no habrá resolución inmediata y el daño estará hecho. 

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Como se puede ver, poco se puede hacer. Lo que no pensó ninguno de los redactores de la Constitución Española de 1978 es que su principal enemigo se sentara en el Consejo de Ministros... y así nos luce el pelo. Porque los mismos que redactaron la Constitución, son los que ejercen el poder desde 1978. 

Un saludo a todos