sábado, junio 03, 2006

Una de vampiros.

Cuando hablamos de vampiros, a todos nos vienen muchas imágenes a la cabeza: La imagen que el cine nos ha transmitido de drácula, sangre, colmillos, noche, balas de plata, ajos, y crucifijos.
El otro día leía que los vampiros existen. Y están entre nosotros. La Junta de Andalucía ordena retirar los crucifijos y demás imágenes cristianas de un colegio de Jaén.
Bueno, sabíamos que estaban entre nosotros, pero ahora ya se confirmó.
Se ve, por lo que leo, que a un padre no le sentó muy bien la mordedura y decidió que eso de los crucifijos en un colegio público estaba muy mal. Y claro, ante un padre mordido, todos los demás padres y profesores tiemblan por miedo a ser los próximos. Así las cosas, todos los crucifijos deben estar bajo llave y solo mostrarse en clase de religión “mientras esta exista”.
Si, los vampiros están entre nosotros. Este padre, que al fin y al cabo tan solo tuvo una mala reacción a la mordedura, no es sino la última víctima de estos vampiros que se extendieron y sobrevivieron por aquella sangre de una mañana de jueves, y que ahora pretenden seguir vivos bebiendo la sangre de las víctimas de ETA.
No dejan de ser vampiros progres. Vampiros hipócritas de esos que no quieren crucifijos en las aulas, pero si quieren vacaciones en Navidad. vampiros de esos que no quieren crucifijos en las aulas por estar en un Estado “aconfesional” y sin embargo disfrutan de paseos por la Mezquita. Vampiros de esos que no quieren crucifijos en las aulas y luego declaran las procesiones de Semana Santa de interés Turístico. Esos vampiros…, esos vampiros que hablan de libertad, de cultura, de educación mientras con sus corbatas se limpian la sangre de los que les gritan “yo no quiero, que a mi hijo lo eduque zapatero”. ¿Qué habría sido de la libertad, la cultura, la educación y la historia de este país si no hubieran existido esos crucifijos?. Es más, ¿Dónde estarían estos vampiros, si no hubiera existido el crucifijo?.
Los niños y jóvenes no suspenden las matemáticas por culpa del crucifijo, ni el fracaso escolar es consecuencia de que esté o no colgado aquel en la pared. Bien harían los vampiros en preocuparse por la educación ¿no creen?.
Fuentes:
- ABC
- El periodista digital
- Iglesia.net


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