10 AÑOS SIN TOMAS Y VALIENTE
El 14 de febrero de 1996, a eso de las 11 de la mañana sonó el teléfono en mi casa. Era una compañera de la facultad. "A ver si tú puedes hablar con la secretaría de la facultad. Están diciendo en las noticias que han matado a un profesor".
Puse la televisión, y allí estaban las imágenes. En un despacho de la facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid acababan de matar a Francisco Tomás y Valiente.Su asesino, un etarra, entró en su despacho a cara descubierta y le descerrajó varios tiros mientras Francisco Tomás y Valiente hablaba por teléfono. Después se fue usando un ascensor de la facultad.
Cuando salió la foto del etarra en la televisión, no salía de mi asombro. Tenía la cara del típico pardillo que pasa desapercibido en cualquier parte. ¿Cuántas veces habría ído a mi lado en el tren o en el autobús de la universidad? ¿Cuántas veces habríamos coincidido en la biblioteca? ¿Y en la cafetería? ¿Alguna vez me habría pedido un cigarro? Seguro que en varias ocasiones tuve a mi lado a ese asesino sin saber de quien se trataba.
Aquél 14 de febrero, Tomás y Valiente no pudo regalar flores ni llevar a su mujer a cenar. Y este 14 de febrero, diez años después, nos encontramos con que no sabemos a cuantos asesinos van a dejar en libertad. Dentro de poco nos encontraremos compartiendo metro, autobús, cafetería, cine,.... con asesinos a los que no les importa el daño que han hecho, hacen y seguirán haciendo al conjunto de los españoles. Y lo que es más grave aún, a nuestro gobierno le importa menos aún.
ETA no se va a contentar con que suelten a algunos de sus miembros. Lo siguiente será la aprobación del Plan Ibarreche y después la independencia.
¿Tomás y Valiente y todas las demás víctimas de ETA no han pagado un precio demasiado alto para que no se les tenga en cuenta? ¿Cuántos más tienen (tenemos) que morir para que Zapatero abra los ojos?
Hace 10 años que murió asesinado Francisco Tomás y Valiente, y dentro de 11 días la asociación de Víctimas del Terrorismo nos convoca para que salgamos a la calle en su memoria y en la de las demás víctimas del terrorismo. ¡Salgamos todos a la calle el 25 de febrero para decir a este gobierno que no queremos que se negocie con los terroristas, y que queremos que cumplan sus condenas integramente!
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