ESPAÑOL, DOS HORAS A LA SEMANA
Salvo en casos excepcionales, los padres siempre saben qué es lo mejor para sus hijos, y, por esa razón, escogen qué darles de comer, cómo tienen que vestirse,…. Entre estas decisiones que toman los padres, está, por supuesto, la educación.
En nuestro sistema educativo actual, el estudiante, a partir de 3º E.S.O. empieza a elegir asignaturas entre las optativas que se le ofertan en función de sus intereses y gustos. Pero, lógicamente, a esas edades el adolescente aún no tiene las ideas muy claras, por lo que sus padres siguen aconsejando a sus hijos.
El artículo 3 de la Constitución Española dice “El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla”. Según este artículo, todos tenemos derecho a recibir nuestra educación en español, porque es nuestro deber conocer la lengua oficial del Estado, España.
El artículo 9 de la Constitución Española, en su segundo apartado recoge “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”. Es decir, en Cataluña, como en todas las comunidades españolas, los poderes públicos tienen la obligación de promover que la enseñanza de la lengua oficial de España se haga efectiva, para que todos los habitantes de esa región puedan participar libremente en la vida social, cultural, … sin sentirse discriminados.
Hemos tenido noticias de un padre que ha conseguido que su hija reciba clases de español. ¿Dónde estamos llegando? ¿Por qué un padre tiene que amenazar con comenzar una huelga de hambre para poder disfrutar de un derecho y una obligación de todos los españoles recogidos en la Constitución?
Pero para el gobierno no hay problemas, ninguna lengua se discrimina en beneficio de otra y todo el mundo vive feliz y contento, como en un cuento de hadas. Dentro de unos años veremos si eso de “…. Y fueron felices y comieron perdices” es verdad o no en este contexto. Cuando, dentro de unos años, los niños escolarizados en Cataluña que sólo hayan recibido sus clases en catalán tengan que trasladarse a otras comunidades de España por la razón que sea, si pueden o no desenvolverse en la lengua oficial de España.
En nuestro sistema educativo actual, el estudiante, a partir de 3º E.S.O. empieza a elegir asignaturas entre las optativas que se le ofertan en función de sus intereses y gustos. Pero, lógicamente, a esas edades el adolescente aún no tiene las ideas muy claras, por lo que sus padres siguen aconsejando a sus hijos.
El artículo 3 de la Constitución Española dice “El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla”. Según este artículo, todos tenemos derecho a recibir nuestra educación en español, porque es nuestro deber conocer la lengua oficial del Estado, España.
El artículo 9 de la Constitución Española, en su segundo apartado recoge “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”. Es decir, en Cataluña, como en todas las comunidades españolas, los poderes públicos tienen la obligación de promover que la enseñanza de la lengua oficial de España se haga efectiva, para que todos los habitantes de esa región puedan participar libremente en la vida social, cultural, … sin sentirse discriminados.
Hemos tenido noticias de un padre que ha conseguido que su hija reciba clases de español. ¿Dónde estamos llegando? ¿Por qué un padre tiene que amenazar con comenzar una huelga de hambre para poder disfrutar de un derecho y una obligación de todos los españoles recogidos en la Constitución?
Pero para el gobierno no hay problemas, ninguna lengua se discrimina en beneficio de otra y todo el mundo vive feliz y contento, como en un cuento de hadas. Dentro de unos años veremos si eso de “…. Y fueron felices y comieron perdices” es verdad o no en este contexto. Cuando, dentro de unos años, los niños escolarizados en Cataluña que sólo hayan recibido sus clases en catalán tengan que trasladarse a otras comunidades de España por la razón que sea, si pueden o no desenvolverse en la lengua oficial de España.
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