viernes, marzo 15, 2013

Coherencia

Muy buenas a todos:

Que no se extrañe nadie que durante estas tres semanas que han transcurrido desde la dimisión del papa Benedicto XVI a la designación de Francisco I haya guardado un silencio, sobre todo en el proceso de designación del Sumo Pontífice. Yo, que soy felizmente ateo, no me es de especial interés la designación de un nuevo Papa. Lo que sí me ha llamado especialmente la atención son dos cosas:

- el lamentable espectáculo dado por TODOS los periodistas que como adivinos han tratado de dar con el nombre antes y durante del Cónclave;

- las sugerencias y consejos que la tribu progresista dedica al nuevo pontífice, como si este fuera un colega de barra de bar o el entrenador de un equipo de cadetes se tratase.

Sin perjuicio de querer implicarle en la dictadura argentina de Videla (como no podía ser menos) el "teólogo" Almodovar le lanza una serie de afirmaciones cuando menos sonrojantes:



Y yo me pregunto, ¿si este progre apesebrado no es católico, qué carajo le importa el celibato, la mujer en la jerarquía católica o el asunto Vatileaks? Es como si un musulmán o un judío le pide al Papa que ordene no comer cerdo o practicar la circuncisión.

Lo que en el fondo veo en estos progres es una profunda envidia. Envidia de una organización que moviliza masas, que tiene unos principios firmes... y que no se pliega ante nada ni ante nadie. Además, de por supuesto de verla como un enemigo y a quien hay que destruir... y tomar su puesto.



Un saludo a todos


Mortgage