Fight fire with fire
Muy buenas a todos:
Dentro de la constelación de mascachapas, abrazafarolas (García copyright) y demás fauna que habita el Ejecutivo, he de decir que Montoro es uno de los que echaría a patadas si tuviera esa posibilidad. Junto a Gallardón y el gañán de Fernández Díaz, han conseguido en un tiempo record evaporar cualquier brizna de credibilidad del gobierno más mentiroso de la Historia de nuestra "democracia".
Su política económica, tan errática como socialdemócrata, en mi humilde opinión, nos agrava una crisis que tendríamos superada ya, de no ser por tener abiertos dos frentes: el sistema de bancos/cajas podridos por el crédito inmobiliario; y fundamentalmente, por no cerrar el grifo de la financiación a las comunidades autónomas, auténticas derrochadoras de los fondos públicos.
He de decir que su amnistía fiscal no me pareció ni buena ni mala. En nuestra actual situación, la necesidad e financiación era o fue acuciante y no me pareció mala idea. Eso sí, si venía acompañada de un poda en el gasto público de importancia. Sin embargo, la famosa amnistía fiscal ha sido usada como arma arrojadiza por toda la izquierda (mediática y política) para atizar a un gobierno sin plan ni directrices claras de como salir del atolladero.
Llegados a este punto, que atizaran a Montoro incluso me parecía justo castigo por el giro socialista a la política económica que ha perpetrado en el PP. Pero lo que no me esperaba fue la carga de profundidad que soltó a nuestros amigos de PRISA en su réplica parlamentaria.
Aunque era fácil meter el dedo en el ojo a esos vendedores de legitimidades, creo recordar que es la primera vez que desde un gobierno del PP se plantea una guerra abierta contra el principal altavoz mediático de la izquierda. Y no seré yo quien esté a favor de que se publiquen listados de defraudadores (al estilo Borrell) ni que se chantajee a medios de comunicación contrarios, pero ciertamente demuestra la respuesta del ministro que quizás dentro del gobierno de gelatina que tenemos, hay un ministro con la personalidad para meterse en un charco y chapotear.
Eso sí, en la mala dirección y con políticas dignas de Rodríguez I el Traidor.
Un saludo a todos
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