domingo, diciembre 23, 2012

A otro perro con ese hueso

Muy buenas a todos:

Que el centro derecha español ha renunciado a dar la batalla ideológica es algo que hasta un ciego puede ver. Circunstancia esta que se ha denunciado desde todos los blogs que nos podremos encuadrar bajo ese perfil ideológico. Desde las tribunas más conservadoras a las más liberales, lo que siempre se ha achacado al PP es que bajo su mezcolanza de ideas y doctrinas, existe una indefinición ideológica preocupante. Y no tanto porque no exista el predominio claro de un cuerpo ideológico (que es casi lo de menos) sino porque esa indefinición ha influido también en una circunstancia fundamental: la conciencia de Nación.

Los gobiernos de centro derecha en nuestro país han desertado de discutir o plantear batalla sobre el concepto Nación. De la izquierda, con su visión internacionalista y su escasa formación, no espero nada. Es más, viendo la deriva nazionalista de sus federaciones (fundamentalmente en Vascongadas y en Cataluña) el PRISOE es sencillamente inoperante por la sencilla razón de que para ellos es acceso y conservación del poder lo más importante. La cuestión nacional no pasa de ser para ellos "juegos florales".

Sin embargo, del PP se esperaba que por su mejor formación y por eso de que conceptos de España y Nación no dejan frios, tomase algún tipo de medida sobre ello. Sin embargo, ni en las legislaturas de Aznar ni en lo que llevamos de la de Rajoy, hemos visto medidas, políticas, o algún tipo de reacción al auge de nazionalismos independentistas, que utilizando el presupuesto público, han adoctrinado durante 30 años a la sociedad catalana y vasca. Todo ha sido políticas de apaciguamiento, de "dejar estar las cosas" y de esperar que el paso del tiempo tranquilizara o atemperara las cosas.

Dicho todo lo anterior, mientras ojeaba la prensa digital, casi me atraganto con el café mañanero cuando leo esto en Libertad Digital:



Cuando se produjo el cambio de gobierno en el 96 y entró el PP, yo pensé que el centro derecha había aprendido y que se lanzaría a una reforma del Estado tendente por un lado a defender conceptos tan devaluados como Nación; y por otro a una regeneración democrática que de verdad nos homologara con otras democracias occidentales.

Sin embargo, ni una cosa ni la otra con Aznar, y por supuesto, seguimos en el mismo camino con Marianico Rajao. ¿Es dar un premio luchar contra el socialismo? ¿Es combatir al nazionalismo independentista organizar unas jornaditas donde va toda la plana mayor del partido en el pueblo de Navacerrada? ¿Es mejorar la calidad democrática organizar un congreso de partidos "populares" iberoamericanos? ¿Es sencillamente decente que con dinero público se financie la fundación de un partido?

Aznar, el que casó a su hija en El Escorial y forma parte de los consejos de administración de algunas compañías para hacer lobby dentro y fuera del PP, está dando la batalla... me quedo tranquilo.



Un saludo a todos


Mortgage