Se confirma, somos una monarquía bananera
Muy buenas a todos:
Ha sido la noticia de la semana. Su Majestad el Rey, aprovechando un acto público, ha pedido a los dos grandes partidos políticos un gran pacto de estado para afrontar y solucionar la depresión económica que se ha instalado en España.
La piara de periodistas que mora por los medios de comunicación, salvo honrosas excepciones, se han lanzado a aplaudir hasta con las orejas la intervención del Rey. Y se les ha llenado la boca de "poder moderador", mediador político y consenso. La Constitución afirma que:
1. El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones...
¿Debe el jefe de Estado promover un pacto entre las dos fuerzas mayoritarias para salir de la depresión económica? En mi humilde opinión, no.
Primero, porque el asunto que nos ocupa, es decir, una desastrosa política económica, en ningún caso es "funcionamiento regular de las instituciones". El Rey, precisamente por su neutralidad debe de estarse bien calladito. Su abuelo comprobó los nefastos resultados que tiene el hacer política.
Segundo. Esa desafortunada expresión y su ambigüedad ("funcionamiento regular de las instituciones") no es un cheque en blanco del que dispone el Rey para hablar, opinar y decir lo que quiera. La neutralidad es fundamental para que la monarquía sigua siendo institución del estado, y no institución de un partido, que es con cosas como esta a lo que estamos llegando.
Es bien sabido que su Majestad ha sido siempre especialmente "cariñoso" con los socialistas (quizás pensando que el voto o los afectos de la derecha los tiene ganados), pero el servir de salvavidas ahora a este patán es un error garrafal de estrategia. Porque ya puestos a hablar sobre temas espinosos y que afectan al corazón de la Nación, ¿no es más grave el Estatut de Cataluña y la disolución de la soberanía nacional?
Y tercero. Si alguien quiere moderar, sugerir un pacto o organizar una reunión al más alto nivel, basta con un par de llamadas telefónicas y una cena discreta en Zarzuela los tres implicados para hablar sobre ello. El resto de cosas (y esta tiene toda la pinta) parece un montaje mediático no sé si con el fin de aislar al PP dentro del arco parlamentario, o como sugería Jesús Cacho en su artículo de hoy (La Reina y su tataranieto), servir como justificación ante los españoles de que el Rey no tiene nada que ver en la situación actual, a pesar de que es él mismo cúspide de un sistema político completamente agotado y con visos de arrastrar a toda la Nación al pozo de la Historia.
Y como siempre aplico a la vida: "Si no eres parte de la solución, eres parte del problema".
Un saludo a todos
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