lunes, abril 03, 2006

UNA VIDA TRUNCADA


18 meses y toda una vida por delante. Eso es lo que tenía Tomasso Onofri antes del 2 de marzo.
Ese aciago día, unos desalmados entraron en su casa, se lo llevaron y como rescate pidieron un millón de euros.


Durante todo el mes de marzo, oda Italia ha estado con el corazón en un puño. Incluso Benedicto XVI habló pidiendo que se liberase al pequeño. Pero nadie escuchó a las personas que querían que Tomasso fuese liberado y devuelto a sus padres.


El sábado, escondido entre las piedras del río Ezna, apareció el cuerpo inerte del niño. Le mataron porque lloraba mucho y no se callaba.


Ahora los secuestradores se echan la culpa el uno al otro sobre quien fue el autor material de la muerte de Tomasso. Sólo la autopsia podrá decir si fue estrangulamiento o porque le golpearon en la cabeza con una pala.


Deben creer los secuestradores que el que le matase físicamente tiene mas culpa que el otro. Para mi no, son iguales. Además no sólo han secuestrado y matado a sangre fría a un niño, han matado a su familia, a sus amigos, a sus vecinos, a todo un país y parte del extranjero, a todo ser humano al que se le haya encogido el corazón al tener noticia de su secuestro y de su asesinato.
Esperemos que allá donde se encuentre Tomasso, pueda disfrutar de cosas que compensen lo que le han robado aquí abajo.


Ciao, Tommy



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